domingo, 24 de agosto de 2014

Disclaimer

Disculpen el retraso. No puedo escribir antes, ahora, ni en el próximo después porque mis personajes aún no están desbloqueados. En este momento, aunque les intuyo, la maquinaria de sus antepasados está ocupada rellenando fotos, construyendo maldiciones y arrojando una a una las leyes de aquellos a los que ustedes leerán. Son entonces tiempos tristes, atados al aro del tiempo, porque aún no ha brotado el tumor que les deje entrar, displásicos y feroces, en la eternidad de ser vistos.
La gente tiende a pensar que lo importante son los genes, las proteínas transcritas y todo ese nitrógeno y carbono amontonados, girando y enroscándose entre ellos, arrojando más nitrógeno y carbono. Pero no. Al fin y al cabo todos esos amasijos engranados ya están rodando; y lo único que diferencia a mis personajes de tus hijos o mis bisabuelos es aquello que están diciendo ahora; las palabras que les están atravesando y cómo el lenguaje de estira y barrita con ellos. Así que cállate conmigo y agazápate aquí a escucharles deci(di)rse.

Terráqueo

En el mediodía de Atacama la luz es negra y la sombra es blanca. 
La boca es la calcinada y los dientes son de pulpa oscura, blanda y caliente. 
Podría ser un trozo cualquiera del espacio. 
Pero es el único en el que puedes tumbarte y dejarte escaldar. 

En su viaje de novios Escolopendra y Zerkalo viajaron a Atacama, se tendieron en el suelo y se dejaron abrasar. Al levantarse doloridos el humo que dejaron sus cuerpos había recorrido pársecs. Sus vísceras ya no latían a oscuras sino traslúcidas uno del otro. Cuando volvieron a su ciudad los otros seres-con-fauces no notaron nada distinto. Ellos sin embargo ya no estaban. Hasta su funeral fueron los mismos, una y otra vez; del mismo modo que las otras fauces al reír y al temer siempre eran las mismas. En algún monasterio oculto en la Indeterminación, unos monjes les copiaron cada noche a la luz de un candil. Su verdadero ser siguió yaciendo en aquel suelo seco, convertidos los dos en respuesta  de esfinge.